viernes, 1 de octubre de 2010


Hoja formativa Nº 106, octubre 2010
Parroquia S. J. Bosco y S. D. Savio CÓRDOBA

Dos caballos
En la calle de mi casa hay un terreno de pastura. Dos caballos viven allá. De lejos, parecen caballos como los otros caballos, pero cuando se mira bien, se percibe que uno de ellos es ciego. Aún así, el dueño no se deshizo de él y le consiguió un amigo: un caballo más joven. Eso ya es de admirar. Si prestas atención, oirás una campana. Buscando de dónde viene el sonido, verás que hay una pequeña campana en el cuello del caballo menor. Así, el caballo ciego sabe dónde está su compañero y va hasta él. Ambos pasan los días comiendo y al final del día el caballo ciego sigue al compañero hasta el establo. Y tú percibes que el caballo con la campana está siempre mirando si el otro caballo lo acompaña y, algunas veces, se detiene así el otro puede alcanzarlo.

Y el caballo ciego se guía por el sonido de la campana confiando que el otro lo está llevando por el camino cierto. Como el dueño de esos dos caballos, Dios no se deshace de nosotros solo porque no somos perfectos, o porque tenemos problemas o desafíos. El cuida de nosotros y hace que otras personas vengan en nuestro auxilio cuando precisamos. Algunas veces somos el caballo ciego guiado por sonidos de campanas de aquellos que Dios coloca en nuestras vidas. Otras veces, somos el caballo que guía, ayudando a otros a encontrar su camino. Y así son los buenos amigos. Tú no necesitas verlos, pero ellos están allí. Por favor, oye mi campana. Yo oiré la tuya.

La palabra mágica
Cuenta una leyenda que el que acertara decir la palabra mágica, haría reír a la Esfinge del desierto, junto a las pirámides de Egipto, y sería inmensamente rico. Como es de suponer, lo intentaban todos, no lo conseguía nadie. Una noche, unos gitanos dormían bajo las mil estrellas de la noche africana. Habían fracasado en su intento de hacer reír a la Esfinge, pronunciando las más bellas palabras. Inútilmente. Una gitana dormía con su hijito junto a la misma Esfinge. Desde el río Nilo soplaba una brisa fresca. El pequeño tenía frío. Y buscando el abrigo del seno materno dijo: ¡"Madre, madre... tengo frío! Sus palabras fueron cortadas por un ruido estruendoso. La Esfinge había reído y de su boca dejaba escapar un caudal de monedas de oro. El pequeño había acertado con la palabra mágica: ¡Madre!

Por amor a su madre
Cierta noche como el rey Federico el Grande de Prusia no podía dormirse, llamó al guardia para que le trajera un libro. No habiendo recibido respuesta inmediata, se levantó muy molesto para dar un buen reto al soldado. Lo encontró profundamente dormido con la cabeza apoyada en la mesa. Ya iba a gritarle cuando sus ojos se detuvieron sobre una hoja que el joven estaba escribiendo al caer vencido por el sueño. El rey echó un vistazo al escrito. Era una carta que el guardia escribía a su madre, en la que se leía: “Madre, estoy ahora haciendo una guardia extraordinaria, a la puerta de la alcoba del mismo rey. La verdad es que estoy remplazando a un compañero para ganar un poco más de dinero que te enviaré con estos renglones. Pero me siento muy cansado y me está costando mantenerme completamente despierto para cumplir a perfección mi deber…” El rey se sintió tan conmovido que volvió sin hacer el menor ruido a su cuarto y regresó con un puñado de monedas de oro que dejó sobre el papel. Más tarde, aquel guardia llegó a ser un famoso militar, el general Zeithen.

Hermoso homenaje
El rosario es la oración que más agrada a la Virgen. En Lourdes y en Fátima ella misma lo enseñó y recomendó su difusión. Es un dulce coloquio con la Madre celestial para decirle que la amas. Mientras rezas las avemarías reflexiona sobre los episodios de la vida de Jesús y de la Virgen recordados por los misterios: está en ellos toda la historia de nuestra Salvación. Cuando lo veas oportuno, invita a los de tu casa a rezarlo contigo: es el homenaje más hermoso que tu familia puede ofrecer a la Virgen. Lleva siempre contigo el Rosario y cuídalo con devoción. Es el arma más segura para vencer las tentaciones. El Rosario es la oración más poderosa para alcanzar de Dios la conversión de los pecadores, la paz de las familias y del mundo, y el triunfo del Reino de Dios en los corazones.

Cómo arreglar al mundo
Cierto día un niño de cinco años entró en la oficina de su papá, entregado al estudio. Un poco fastidiado, pidió a su hijito que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, pensó en algo que pudiera ocuparlo. En una revista había un mapamundi, justo lo que precisaba. Recortó el mapa en varios pedazos y le dijo: "como te gustan los rompecabezas, aquí tienes un mapa para que lo armes sin ayuda de nadie". No había pasado una hora, cuando el niño lo llamó: "Papá, papá, conseguí terminarlo”. Al principio el padre no creyó a su hijo. Desconfiado fue a verlo y, con gran sorpresa vio que el mapa estaba completo. Todo estaba en su debido lugar. –Pero hijito, ¿cómo lo lograste? -Papá, cuando sacaste el mapa de la revista, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre. Cuando conseguí armar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había puesto en orden al mundo.
Gracias por tu visita!!!